Cuentos para Dormir.

I.Nuestra Vida fué ayer.

La vida es todo los días, eso lo sé. Es obvio que nada pasa porque sí, todo es el resultado de nuestras acciones del pasado, de la forma en cómo vivimos, de las elecciones que tomamos involuntariamente a todas horas. Lo único que es más fuerte que el pasado, es el futuro…Pensar él hubiera, limita innegablemente el presente, porque la vida es aprender, aprender sobre todas las cosas.

Tengo vagos recuerdos sobre el amigo más íntimo que he tenido, en mi vida, sé que es imposible que él y yo volvamos a vernos, que platiquemos sobre los secretos que guardaba cuando tenía cinco años. El, Matt como se llamó, escuchaba incansablemente mis historias, sobre el significado de los colores, los dibujos que hacía, el sabia mejor que nadie como jugar cualquier juego sin aburrirme. Había días en los que llegando de la primaria, dejaba mi mochila y lo buscaba bajo la mesa de la cocina, donde yo sabía que él estaba esperándome.

Matt me abrazaba y me daba consuelo sin pronunciar palabra, cuando mis padres se estaban divorciando, el comprendía, el porqué de todo. Daba respuestas de preguntas como:

¿Por qué sale el sol cada mañana? ¿El crayón amarillo esta hecho de sol y de miel? ¿Cómo voy hacer cuando sea grande Matt? ¿Es verdad que mis padres siempre me van a querer aunque no estén juntos?

Durante las tardes de Junio cuando el verano, es nuevo. Matt me llevaba a jugar cerca del río de la Magdalena Contreras, ahí podía oler el pasto verde, jugar con los grillos y arrancar flores para hacerme collares. Nunca supe cuántos años tenía, pero era notablemente más alto que yo.

En las vacaciones de verano, solía pasar tardes enteras platicando con él, en la hamaca rosa y azul que mis abuelos tenían en el patio de la casa de playa. Corría tras de mí, mientras mis pies se mojaban con las olas del mar, y cuando me cansaba me sentaba agitado en la arena húmeda, y él me hacía sombra para que no me fatigara. Matt amaba los pelicanos que rodeaban la costera, que esperaban ansioso la llegada de los pescadores, para poder robar algunos pescados…

Nunca supe cuando Matt se fue, solo después de algún tiempo, ya no estaba. Sobra decir que nunca jamás nadie vio a Matt… pero para mí, él es el significado del amor más puro e ingenuo que jamás volveré a experimentar. Tal vez él sea la razón, por la cual sea tan fiel a quienes considero mis amigos.

II.Huele de Noche.

El huele de Noche es un ejemplar, muy singular que durante la primavera logra su plenitud, resulta muy específico su aroma durante toda la noche, es un olor entre dulce, fresco y sedante. Para esos momentos antes de cerrar los ojos y disponerse a dormir. Cuando estas solo en la cama en total obscuridad, lo único que puedes escuchar son tus pensamientos, no hay nada más, eres tú y ese olor, que con sus poderes ancestrales logran hacerte olvidar, tus problemas, los deberes, las relaciones humanas y borrar esa cancioncita que traigo en la cabeza.

Había noches que pasaba en una hacienda en Indaparapeo en Morelia, Michoacán. En la cual el olor del huele de noche inundaba el ambiente, y justo ahí traba de discernir sobre lo que es fugaz y sobre lo que perdura, si los sueños tienen algún significado especifico, sobre el poder que tiene el inconsciente en la vida real. Una noche de hace tres años lo conocí. Yo camine enfrente de él y lo mire con insignificancia, dos días después me encontraba en su cama, desnudo y tomando agua, el calor era insoportable.

Había noches en las cuales le decía a mi mamá, que me quedaría en casa de un amigo, porque mientras ella pensaba en que estaría en pijama viendo SATC, la realidad es que tenía a un hombre de 29 años, raspándome la espalda con su barba. Esas noches fueron épicas, más allá del sexo, encontré la forma de crear intimidad cuando terminábamos cenando sushi en la alfombra de su cuarto (Pretty Woman, I know)

Había días en los cuales la sesiones de sexo duraban horas hasta la puesta del sol. Durante ese tiempo no me presento a sus amigos, ni yo le presente a los míos, salíamos al cine solo a la última función y en el antro nos saludábamos de lejos. Era como si durante la noche el fuera mío, como ese olor que desprende el huele de noche, era tan delirante, dulce y denigrante.

Cuando salía el sol, se portaba tan indiferente, me duchaba y salía corriendo de su casa, rumbo a la universidad. Había momentos en los que dudaba que eso, fuera real, porque no había ninguna señal de que el existiera, en mi vida. El tiempo le dio su lugar a cada uno de nosotros, me rompió el corazón, porque a los veinte años no entendía que era un “fuck buddy” y resulto ser muy doloroso. Porque mientras yo aprendí hacer arroz rojo, a compartirlo con otros hombres y a no quejarme durante las primeras veces”” Él solo veía en mí, como él lo dice: “Un niño que juega hacer adulto, que tiene prisa por vivir”.

No puedo describir lo que es que alguien te rompa el corazón cuando estas borracho y que después de lleve a dormir a su cama y te abrase mientras lloras, porque no entiendes, si él no quiere amarte* porque se preocupa por ti y te consuela cuando el llanto es provocado por él. Esa noche es una de las más significativas de mi vida, mientras me sentía rechazado, menospreciado, estúpido y sumiso. Mi underwear rozaba con sus genitales, no podía dejar de llorar y él me susurraba al oído “Te quiero, te quiero mucho, pero no te puedo querer como quieres que te quiera”. Era como estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo, esa era la primera vez que lo escuchaba decirme “te quiero” pero también había dejado claro que no podía darme lo que quería (quiero).

Esa mañana estaba crudo, hinchado por el alcohol y la sal mis lágrimas. Me moje la cara y me vestí y antes de irme lo mire, mientras fingía que dormía. En promedio el tiempo de su casa a mi casa es de una hora, el llanto comenzó desde el momento que cerré la puerta de entrada (salida) y no paro hasta dos meses después. El viernes pasado, estaba sentado frente a él y me pregunto “¿Por qué ya no me quieres?” Me limite a sonreírle, me levante de la silla y vi en la ventana de su oficina un huele de noche, que amenazaba con sedarme y hacerme caer en sus brazos tonificados…

… tome mis cosas y dije “Buenas Noches, ya es hora de dormir”.