domingo, 2 de octubre de 2016

Ensayo sobre la obra original. (Boris Viskin)

Al paso de los años desarrollamos, cambiamos y pulimos quienes somos.

Es común que durante la infancia tengamos un rol-model de quien copiamos actitudes o tratamos de emularlas, puede ser un hermano mayor, un mejor amigo, algún primo o un super héroe. En la adolescencia vienen los primeros besos y con ellos el acostumbrarnos a otras personas, a veces te acostumbras a su música y te queda el gusto por esta, a veces admiras la constancia en el gimnasio y la vuelves parte de ti. 

Se supone que cuando el tiempo nos llevo a encarar la vida adulta somos seres con una personalidad desarrollada. Ya sabes que si y que no, pero ¿Realmente se acaba de desarrollar la personalidad? En mi opinión la personalidad es la suma de nuestros gustos más primarios, las personas que han marcado nuestras vidas y la actitud con la que enfrentamos la vida, por lo que esta no acaba de desarrollarse nunca. 

Como mencionaba unas lineas antes, el desarrollo primitivo de una idea original es la imitación. Las niñas que imitan a su mamá y el ritual de arreglarse, los adolescentes que hacen bandas con sus amigos y hacen covers de sus grupos favoritos o los adultos que empiezan a comportarse como sus papás se comportaban... Nunca sera igual pero esa imitación los llevo a un camino para encontrar su propia individualidad. 

"I have learned so much about myself. I have re-discovered that little boy who had the hunger to create, wich I think I had lost." -John Galliano. 



Boris Viskin. 

Boris Viskin nació en la Ciudad de México en 1960, su infancia se desarrollo en Israel y regresa a CDMx en 1985. La obra de Viskin hace referencia a grandes obras, manipulando el significado al mismo tiempo que explota la belleza de cada una de estas. Recorremos a Rembrandt versionado en el siglo XXI con luces en los ojos de alguna ilustración, Picasso y la decontrucción material que parece hacer mancuerna perfecta con el cubismo o la desconcordia de Matisse y la impresión sin sentido aparente. 

Viskin conoce y ama tan profundamente sus referencias que en ese ejercicio de imitación llega a la copia literal de alguna obra pero con la maestría de usar a la obra para darle un mensaje diferente. Viskin como muchos otros encontró en la imitación una identidad propia. A su criterio se atreverían a decir ¿Viskin no es original? ¿O que su obra carece de importancia por imitar a otros? ¿En que radica el valor de una obra? 

"Quien pisa huellas ajenas no deja huella. Pero son más bien las huellas ajenas las que me pisan a mi, me entierran. Bacon, Giacometti, Matisse, Picasso, Gironella, Manet, Vincent, Courbet, Masaccio, Jean Auguste Dominique, Diego, Orozco, Louise Philip, El Greco, Marcel, William, Mark Rothko...¡No logro respirar! ¡Apártense de mi! ¡Déjenme en paz! Ah! Ah!
-¿Tuviste una pesadilla?
-Creo que sí." -Boris Viskin.



Me he encontrado con mucha gente que emite juicios sobre el proceso creativo, cuando el proceso creativo mayor al que se han enfrentado es hacer una playlist en Spotify o tatuarse una imagen que encontraron en Pinterest. Pero no juzgo, el proceso creativo y la obra original lleva tiempo... Hay quienes lo logran, hay quienes no aprenden nunca a doblegar el ego. Desde mi punto de vista esa es la razón por la que Lady GaGa con todo y sus plagios me ha hecho respetarla, si imita a Madonna pero en esa imitación pone un mensaje propio en el que trabajo y en el que cree. (Recalcando que la misma madonna plagia también y eso no lo quita merito a su obra). 

"Los grandes artistas copian, los genios roban." -Pablo Picasso. 


Papa don´t bite! 




Me gustaría cerrar este ensayo con la idea de que en moda, no se dice copiar, se pronuncia tendencia. 


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