Hace un par de semanas me re-encontré con algunos compañeros del bachillerato en Bellas Arte. El tiempo nos mueve involuntariamente a todos, algunos están más cómodos que otros, algunos están viviendo otros solo están vivos. Como adultos que han dedicado su vida al proceso creativo en diversas ramas, el hecho de reunir y convivir es gratificante en muchos niveles.
A casi una década de haber terminado el bachillerato es gracioso como el interactuar con las mismas personas te puede hacer sentir como te sentías entonces. A los dieciocho buscaba por todos los medios ser notado (de algún modo lo conseguí) y la gente te encasilla en ciertos patrones de conducta a diferencia de diez años después en los que por lo menos en mi mente trato de ser mesurado en lo que digo y como lo digo.
No me siento avergonzado de quien fui, tan lleno de si mismo, tan superficial, tan yo.
Antes de los 30.
Hace ya muchos años que perdí el hilo entre lo que esta "bien" y lo que esta "mal", cuando escucho la vida que han llevado mis ex-compañeros no puedo evitar comparar.
Antes de los 30 las judías se llenan de hijos, algunos otros se "juntan" y rentan departamentos, tienen mascotas y le dan sentido ha trabajar jornadas completas y aprenden a sobrellevar la realidad económica.
Antes de los 30 es muy común que algunas niñas sean mamás.
Antes de los 30 otros han viajado. Han expandido los colores que uno se acostumbra a ver en esta ciudad, crearon experiencias que nunca se olvidan.
Antes de los 30 muy pocos encontraron una manera plena de vivir. (Diego?)
Antes de los 30 otros han intentado varias cosas, distintos caminos y ninguno ha funcionado como esperaba. Te sientas un rato y cuando volteas a ver el reloj han pasado años. 😐
Todos los días siento presión por encajar en alguna parte. No soy lo suficientemente musculoso para ser aceptado entre los mamados que hablan de competencias, no hago grandes cantidades de dinero para ser aceptado entre los emprendedores, no soy lo suficientemente guapo para tener amigos modelos, no soy un maniquí que cambia de personalidad cada seis meses según las tendencias, no soy lo suficientemente intelectual para desenvolverme entre artistas. Soy un poquito de todo eso, pero un poquito no es suficiente en un mundo de competencia global.
Antes de los 30 aprendes a sobrellevar tus expectativas con la realidad, sin dejar que esta te devoré y te genere un miedo crónico. El tiempo te mueve y todas esas cosas que te gustan siguen ahí, esperando a que te levantes y lo intentes de nuevo.