Parece ser que la vida y yo hemos llegado a un acuerdo, por ahora.
Yo me comprometo a ser constante, mantener un foco fijo, apreciar lo que la rutina ofrece y ella me ha dado tranquilidad, aprender a estar agradecido por lo que tengo, un trabajo que me gusta y aprender a ser más sociable.
La vida y yo llegamos al acuerdo de que si trabajo como cualquier otro, ella me da tiempo para ser yo; tiempo para ir al gimnasio, para ver la tele un ratito en la noche, tiempo para bañarme antes de dormir, tiempo para lo que yo quiera... fines de semana de levantarme a la hora que yo quiera.
La vida me sonríe después de que el año pasado y unos meses de este me diera un meltdown, no saber a donde ir, ¿Qué era lo correcto? Las respuestas no me llegaron por correspondencia o por wapp, hay que ser paciente a veces es cuestión de aprender a esperar y aprender a moverte cuando el tiempo es el indicado.
Cada día me siento agradecido por el trabajo que encontré, porque amo lo que hago. Amo la dirección que tome, amo sentirme parte de un equipo, amo sentir que mi opinión cuenta, amo salir los viernes temprano y tener mi dinero para hacer lo que se me venga en gana, sin dar explicaciones, sin tener más limites que los que yo mismo decida tener.
Amo que aprendí a ver nuevas formas de hacer dinero, una combinada con otra. Amo que soy fiel a mi mismo, amo sentir que soy coherente.
Gracias por darme esta oportunidad, no puedo pedir más. El resto depende de mi.
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